martes, 20 de diciembre de 2011

Los golpes no ayudan a escolares con baja nota

Fernando de trece años debe asistir desde el lunes a reforzamiento porque reprobó tres materias. La maestra le ha advertido que tiene grandes probabilidades de repetir el curso, pues si no logra alcanzar los 36 puntos en el periodo de nivelación, reprobará el año. La noticia cayó como un baldazo de agua fría a sus padres que han acudido al colegio en busca de ayuda para que el muchacho no pierda el año. "¡No se qué paso!, es verdad que no era un excelente alumno, pero nunca se había aplazado", se lamenta el padre, que confiesa que estuvo a punto de agarrarlo a golpes pero luego mantuvo la calma. 
En pasado días, un padre de familia fue enviado a la cárcel acusado de haber victimado a su hijo en una acalorada discusión a raíz de las bajas calificaciones del joven. Esto demuestra que muchos padres no saben que aptitud asumir en estos casos. A decir de los expertos, los papás deben entender que el rendimiento escolar (alto o bajo) tiene gran incidencia en el entorno familiar, por eso, ante la noticia de un bajo rendimiento escolar, lo que hay que hacer es asumir con calma la situación, no escandalizarse y buscar el origen del problema. "Nunca se debe reaccionar de forma violenta. No hay que aplicar el castigo físico, pues el alumno que recibe golpes se asusta y si tiene miedo, no aprende. 
El miedo bloquea la mente del estudiante", advierte la sicopedagoga Jennifer Ferrufino. La sicóloga Narda Murillo añade que si el estudiante todavía tiene opción al reforzamiento, es momento de ayudarlo para que pueda vencer el curso. 
En este caso, no solo los padres juegan un papel importante,  sino también los maestros que deben dosificar los contenidos y motivar a los alumnos. "En esta etapa, el alumno necesita bastante apoyo, pues por miedo a perder el año se va a esforzar", agrega Ferrufino.
Ambas profesionales, indican que si el alumno ya no tiene opción al reforzamiento o no ha aprobado este curso, la reprobación es una medida necesaria que hay que saber asumirla con madurez. "No ayuda en nada tratar de esconder la situación queriendo comprar libretas, intentando pagar al profesor o presionando, por que con eso se retrasaría la deficiencia para el siguiente año, profundizándola aún más", indica Ferrufino.Rodríguez insiste que el aplazo no debe pasar desapercibido y hay que buscar el origen del problema, que generalmente está ligado a conflictos familiares. El Profesor Luis Barrancos resalta que lo mejor es apoyar al estudiante desde el inicio del año para no tropezar con estos problemas.
Sacado de:  El Deber, Jueves 10 de Noviembre del 2011 - Santa Cruz de la Sierra

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