Unos de los problemas más comunes en los niños,
especialmente en sus años de primaria tienen que ver con el horario de llegada
al colegio. Muchas veces suelen llegar tarde y los padres con la intención de
apurarlos los presionan con palabras que en vez de ayudar, logran un efecto
contrario en los niños. Conozca, qué puede hacer para que su hijo llegue
temprano a sus clases y usted a su trabajo.
EVITE LAS PRESIONES: Decirle a los niños “apúrate” o “vamos a llegar tarde”, solo logra un
efecto contrario en los niños y, al parecer, el único método efectivo para
hacer que todo marche como desea, es procurar un ambiente tranquilo por las
mañanas.
Comenzar cada día con prisa, nerviosismo, regaños y malos
ratos, a la larga se transforma en un negativo desgaste de energía, tanto para
los adultos como para los niños.
Si todas las mañanas son un caos, lo primero es replantear
la situación, conscientes de que quiere empezar cada día de una manera más
alegre y tranquila.
PLANIFICAR LA MAÑANA:
La clave para que sus hijos lleguen puntualmente al colegio tiene que ver
con la puesta en marcha de un plan de acción. Cada padre debe estar consciente del
tiempo que necesita él y sus hijos, si una hora no es suficiente para darles
desayuno y prepararlos es necesario levantarse más temprano, lo que implica un
pequeño esfuerzo para cambiar los hábitos familiares.
HORARIO PARA DORMIR:
Es necesario que los niños se vayan a dormir una media hora más temprano, para
que así puedan levantarse antes y sin
dramas por la mañana. Para los niños es fundamental, ya que necesitan un poco
más de tiempo que los adultos para pasar del estado de sueño al de vigilia.
Despertar de un sobresalto los predispone a estar desganados e irritables
durante el día.
Al levantarse más temprano, no solo se gana más tiempo para
hacer cosas, sino que también tranquilidad y armonía, que finalmente se
traducen en una mejor relación familiar y un mejor desempeño en las actividades
diarias.
ORGANICE LAS RUTINAS:
Los niños necesitan que algunas de sus actividades sean organizadas por los
adultos, por eso, hay que establecerles un orden de las rutinas que deben
realizar por las mañanas, en lo posible, asignando tiempos, por ejemplo,
primero ir al baño, tomar una breve ducha, vestirse, peinarse y tomar el
desayuno.
Así el niño tendrá una pauta a seguir que se convertirá en
un hábito a medida que pase el tiempo.
Ponga en práctica ese sabio y antiguo refrán que dice “no
dejes para mañana lo que puedes hacer hoy” Además de dejar la noche anterior la
ropa y las mochilas preparadas, puede hacer que los niños se bañen y si el
desayuno no es perecedero, también dejarlo en la mesa o el refrigerador.
Fuente: Sol de Santa Cruz, Año 2, Número 593, pág. 25
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